Mi madre es una maga
Mi madre es una maga. Desde niña creaba de la nada las más hermosas y grandes muñecas. Yo la ayudaba a desordenar las telas, a rellenar sus cuerpos, a cortar lo que iban a ser sus cabellos y ella, de cosas diversas, iba cosiendo eso que serían después nuestros juguetes. Era maravilloso verla pintar sus rostros y darle la expresión definitiva que tendrían, verla delinear los ojos que después miraría y los labios con los que conversaría. También nos hacía casitas que iba construyendo con cartones de cosas que no servían, casitas en las que guardaba mis grandes tesoros.
Hoy mi madre, mucho tiempo después, me trae muñecas aún más hermosas para mi hija y, me trae además, un vestido sin muñeca, un vestido igual al de ellas, con las mismas telas y hecho con la misma magia. Hoy mi madre me regala de nuevo algo que me hace inmensamente feliz. Un vestido de flores y cintas. Me regala un hermoso vestido para mi hija.
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