Hoy, mi hija...
Hoy, mi hija de dos años, me dijo: “Mami, ¿quiere tomar teta como yo?”, mientras se bajaba la batica de casa que le hizo la abuela y me mostraba su pezón. Yo le dije que sí y me acerqué e hice que tomaba de su teta, ella se quedó tranquila, esperando a que yo terminara y después me dijo que tomara de la otra teta, repetimos la misma acción. Siento que en momentos como estos, como diría Serrat, “la vida nos besa en la boca”. Pienso en lo grande de mi niña y en lo grande de todos los niños…
Hoy
inicia la Semana Mundial de la Lactancia Materna, tengo días queriendo escribir
algo pero no sabía cómo hacerlo. Mi hija me dio, como siempre, los motivos para
hacerlo. Tenemos 27 meses de lactancia exclusivamente feliz, son muchísimos
días y noches en esta acción repetitiva de amarnos. Esto es algo que sólo ella
y yo compartimos, ella no vive esa experiencia con nadie más, ni yo tampoco, es
nuestra forma de relacionarnos de manera única. La lactancia materna es una
experiencia irrepetible en cada niño y en cada madre que deciden asumirla, es
por ello que cuando me preguntan “¿Hasta cuándo le vas a dar teta a esa
muchacha?”, pienso en todo el amor que nos damos y creo que es imposible de
responder.
En mi
teta he visto crecer a mi hija, la he visto gozar, la he visto llorar y no creo
que pueda, hasta ahora, tener una mirada más hermosa de ella que no sea esa.
Ahora, casi no puedo sostenerla en brazos, mientras la amamanto, de lo enorme
que está y de lo que ha crecido sólo con mi leche.
Estoy
cansada de hablar de los reclamos, los señalamientos y los cuestionamientos de
terceros que, desde su absoluta ignorancia y desde su imposibilidad de
establecer estos lazos, disparan en contra de quienes hemos asumido la lactancia
de manera prolongada. Pienso en momentos como estos, en los que mi hija me
ofrece su teta, en los que ella celebra la llegada de la luna porque va a
dormir con la teta, y es cuando me convenzo de que debemos contarnos los
felices que hemos sido en nuestras relaciones con nuestros niños, es cierto que
es difícil amamantar en la actualidad, muchísimo, y duro para muchos padres que
se encuentran situaciones desfavorables,
pero quienes persisten creo que les dan –y se dan ellos mismos-, como dice el
Dr. Carlos González, “Un regalo para toda la vida”.
Es
duro amamantar como lo es cada una de las acciones vitales que queremos
emprender y que requieren un tiempo, un espacio y un ritmo distinto (distinto al
ritmo de la sociedad de consumo en la que vivimos). Asumir la vida desde el
goce puede ser difícil en la actualidad, asumirla desde la plenitud, desde lo
que nos gusta y nos hace felices. Y al hablar de felicidad, hablo de la
verdadera felicidad, de la que no produce dinero, sino que edifica lo mejor de
nosotros.
El
día que nació mi hija, nacimos las dos. Nació
mi necesidad de aprender a ser madre, de entender que las transformaciones
sociales y culturales tienen que comenzar en el vientre materno.
Una historia que todas las madres podrian vivir y contar
ResponderEliminarPara ello es necesario aprender a escucharnos y confiar en nosotras y lo que podemos dar.
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ResponderEliminarEs la noche desamparo
de las sierras hasta el mar.
Pero yo, la que te mece,
¡yo no tengo soledad!
Es el cielo desamparo
si la Luna cae al mar.
Pero yo, la que te estrecha,
¡yo no tengo soledad!
Es el mundo desamparo
y la carne triste va.
Pero yo, la que te oprime,
¡yo no tengo soledad!
Lee todo en: Yo no tengo soledad - Poemas de Gabriela Mistral http://www.poemas-del-alma.com/yo-no-tengo-soledad.htm#ixzz2bCtcnzL0
¡Gabriela Mistral! Gabriela como mi hija
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